Con frecuencia hablamos de experimentar sentirnos preocupados de una manera intensa y con angustia debido a situaciones más allá de nuestro control. Tales situaciones pueden incluir interacciones con compañeros de trabajo que no escuchan activamente cuando hablamos y miembros de la familia que ignoran nuestros límites.
En muchos casos, nos encontramos enfrentando circunstancias desagradables sobre las cuales tenemos poco o ningún control, especialmente en el ámbito de las relaciones. Entonces, ¿cómo lidiar con la ansiedad resultante?
En primer lugar, puedes observar una paradoja en juego: a menudo intentamos ejercer control sobre situaciones para aliviar la ansiedad o el estrés. Sin embargo, paradójicamente, aferrarse al control, especialmente cuando tratamos de controlar cosas más allá de nuestro poder, tiende a aumentar nuestros sentimientos de ansiedad y estrés. Para complicar las cosas aún más, las situaciones que más desesperadamente deseamos controlar suelen ser aquellas sobre las que no podemos influir en absoluto.
Ahora, aquí tienes noticias alentadoras: en primer lugar, no estás solo/a en experimentar esto, y en segundo lugar, hay pasos que puedes tomar para abordarlo. Me gustaría ofrecerte tres consejos rápidos para renunciar al control.
Fomenta la Conciencia
¿Por qué sientes que es necesario controlar?
Cambia de Control a Límites
Encuentra un equilibrio entre la dependencia y la interdependencia en las relaciones con situaciones externas y personas.
Abraza el Dejar Ir
Curiosamente, al dejar ir el control, podrías encontrarte sintiéndote más en control, incluso si al principio parece contraintuitivo.
En conclusión, es importante reconocer que nuestros esfuerzos por querer ejercer el control a veces pueden intensificar nuestro estrés y ansiedad, resultando algo totalmente ineficaz. Para gestionar eficazmente este estrés, considera el potencial liberador de dejar ir.
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